Gracias igualmente a todas esas personas maravillosas que nos han atendido a lo largo de estos días porque gracias a ellas sigo aprendiendo.
Hola a tod@s,
hoy os quería compartir una vivencia que tuve el otro día en urgencias de pediatría del hospital.
En primer lugar aclarar que esto no es una crítica ni un juicio, simplemente siento compartirlo para expresar mi sentir.
En las últimas semanas desde que estamos en el estado de alarma, cada día hemos salido toda la familia a las ocho de la tarde a aplaudir a todos los sanitarios, transportistas, gente del campo, etc, pero en los últimos días me planteaba desde donde estaba haciendo esto y veía que era por inercia.
Realmente lo que siento es que esto nos afecta a todos por igual y que no tiene más mérito un sanitario que cualquier persona que está en su casa encerrada desde hace ya un mes, con su negocio cerrado, con sus niños en casa sin salir, en paro o en cualquier otra situación de las infinitas que tenemos ahora mismo.
Pues bien, el sábado nuestro pequeño de 4 meses estaba con 40 de fiebre, así que decidimos ir a urgencias de pediatría a que le miraran por si acaso tenía alguna infección o alguna otra cosa. Al llegar, enseguida descartaron síntomas del covit 19 tras una criba rápida, y como el niño no está vacunado por decisión propia, me dijeron que tenían que hacer una revisión completa para descartar cualquier enfermedad.
Al poco rato el pediatra le miró y dijo que aparentemente estaba todo bien pero que había que tomar una muestra de orina y de sangre. En un momento 5 enfermeras y auxiliares rodearon la camilla y empezaron a intentar sacarle sangre y es aquí donde comenzó mi malestar.
Las enfermeras tuvieron muy poco tacto, fueron muy bruscas, en ningún momento se pararon a pensar como nos podíamos estar sintiendo mi bebe y yo, que tras 9 pinchazos fallidos de sacar sangre en diferentes sitios no paraba de llorar, estaba aterrado, agotado… No podía creer como todas esas mujeres, la mayoría probablemente madres podían tratar a mi pequeño de esa forma…..
Finalmente decidieron dejarlo y llamar al anestesista para que lo intentara él, le pusieron una bolsa para tomar la muestra de orina y nos mandaron a la sala de espera.
Mientras todo esto se daba, las enfermeras no paraban de hablar entre ellas de que ya casi era la hora de los aplausos, que a ver quién venía hoy sí la policía, la villavesa…
Al rato una enfermera vino a cambiarle la bolsa, pero nada se sabía del anestesista..
Todas las horas que estuve en la sala de espera vi muchas cosas que me sorprendieron y molestaron tremenda mente…. Al volver de los aplausos, las enfermeras y auxiliares iban hablando entre ellas de que los aplausos de ese día no les habían gustado mucho, que los del día anterior habían sido más chulos, como quien habla al salir del cine sobre la película que ha ido a ver…
También a medida que iban pasando las horas llegaban más personas y la mayoría venían acompañadas en pareja. Las enfermeras discutían con ellos ya que solo se puede una persona por niño y la gente trataba de saltarse esta norma y el ambiente se iba caldeado…
Los padres nerviosos, los niños sin parar de llorar…, todo esto cada vez iba en aumento hasta el punto de que una de las enfermeras empujó a un padre que llegaba con su hijo en brazos hacía la sala de espera, hablándole de muy malas formas también. Tanto el padre del niño, como todas las personas que estábamos allí no dábamos crédito a lo que estábamos viendo….
Desde mi punto de vista se puede entender todo, que la gente está cansada, que llevamos ya un mes con esta situación y todos estamos a flor de piel…, etc, pero siento sinceramente que nadie debería ser tratado así y menos por una persona que trabaja en un sitio público y se supone que está para ayudarte, acompañarte… Creo que nadie vamos al hospital por gusto, menos aún con bebés y más sabiendo el tema que hay con el virus, pero eso a nadie parecía importarle…
Horas después, eran ya casi las 12 de la noche y ni rastro del anestesista. Mi bebé ya llevaba 4 horas con 36 grados de temperatura porque le había bajado al poquito de llegar y nadie aparecía ni me decía nada.
Me fui a la ventanilla de recepción y les dije que me iba a ir a casa y al momento me llamaron para que volviera a la consulta. Me dijeron de volver a intentar sacarle sangre otra vez, el turno había cambiado, había enfermeras y auxiliares nuevas y querían volver a intentarlo.
Tanto las enfermeras nuevas que estaban como yo misma, nos quedamos alucinadas porque no sabíamos que había pasado para que nadie hubiera avisado al anestesista que era lo que cuatro horas antes me habían dicho que iban a hacer….
Antes de continuar, he de deciros que las enfermeras y auxiliares de este turno no tenían absolutamente nada que ver con las del turno anterior. Eran suuper amables y amorosas conmigo y con el bebé, muy simpáticas y cercanas…. Un gusto la verdad.
Así pues, comenzaron a intentar sacarle sangre de nuevo con varios pinchazos más pero no lo consiguieron. En ese momento, el mismo pediatra de antes vino y me dijo que iban a llamar al anestesista y a ponerle una sonda para sacar la muestra de orina.
Se que como médicos están haciendo su trabajo, pero en ese momento sentí que como madre yo podía decidir sobre mi hijo. Viendo lo agotado que estaba y por todo lo que ya había pasado en esas horas, decidí que nos íbamos a casa a descansar y que si al día siguiente seguía estando mal ya volveríamos a subir.
Las enfermeras apoyaron y respetaron mi decisión y nos fuimos a casa después de 6 horas intensas y de mucho malestar general por toda la situación.
Hoy cuatro días después hemos tenido que volver a acudir a urgencias a las 3 de la madrugada porque aún con la medicación el peque tiene picos de fiebre de 40 grados.
Al llegar nos han atendido enseguida, la médico, enfermeras y auxiliares genial y aún que ha costado unas cuantas horas, le han podido finalmente sacar sangre y orina.
He de decir que aunque el trato ha sido bueno, me ha sorprendido mucho que tanto enfermeras como auxiliares se han pasado prácticamente todo el rato preparando una coreografía para colgarla en youtube, con la música alta, gritando mucho, etc.
Para nosotros resultaba muy complicado descansar, mi bebe se despertaba asustado continuamente con sus gritos, risas, entradas y salidas de diferente personas para la actuación, ya que estábamos en la sala de observación que justo comunica con su espacio.
Y aquí estoy, a las 6 de la mañana, tratando de descansar algo después de una noche dura para nosotros, esperando los resultados…
Con este escrito quería expresar que ante una misma situación, se puede vivir de formas muy diferentes…., que cada uno decidimos como actuamos, pero que nuestra decisión nos puede cambiar totalmente la vivencia y afectar de una forma importante a los que nos rodean…
Creo que tanto en la sanidad, como en cualquier cargo público, el trato a las personas como mínimo tiene que ser humano. De que nos sirve que nos curen por ejemplo, si al mismo tiempo me están tratando fatal e internamente me siento maltratad@?
Cómo madre, como mujer y como ser humano, creo en la capacidad de cada un@ de ser amables con los demás, de poner nuestros dones al servicio, de ponernos en el lugar de los demás y de sentir compasión…
Así que este escrito lo hago como un llamamiento a sentir lo que de verdad importa. A revisar como nos relacionamos entre nosotr@s, creo que ahí reside mucha información de cómo vivimos nuestras vidas.
Siento que es tiempo de revisar, de reflexionar y de rectificar para tod@s. De valorar lo realmente importante y de vivir en Unidad.
Gracias igualmente a todas esas personas maravillosas que nos han atendido a lo largo de estos días porque gracias a ellas sigo aprendiendo.